Es imposible
reconocer legítimas las negociaciones que se están llevando a cabo para firmar
este tratado que pone por encima de la gente los beneficios económicos de
corporaciones internacionales y que no respeta la soberanía de los pueblos.
Hay que seguir
colaborando y fortalecer los espacios donde ya mucha gente se encuentra para
informarse, compartir conocimientos y dudas, y actuar de diversas maneras para denunciar
y parar este tratado.
Hay que decir de
forma consciente y rotunda que no vamos a reconocer ni aceptar que sigan siendo
cada vez más las grandes corporaciones financieras las que gestionen nuestras
vidas y nuestra salud.
Todo está en crisis, estados nacionales, la regionalización y mundialización, las
sociedades, hasta el más mínimo grupo y el propio individuo, pero ellos también.
La mundialización creciente ha ido acelerando la información y
aumentando el desplazamiento de personas y bienes. La tecnología y el poder
económico en aumento se concentran en empresas cada vez más importantes que
chocan con las limitaciones y el enlentecimiento que imponen antiguas
estructuras como el Estado nacional.
Se desdibujan las fronteras nacionales dentro de cada
región y se tiende a uniformar la legislación de los países para adaptarse a
los sistemas productivos. El Estado tradicional tiene que hacer frente a esa
situación en medio de crecientes dificultades económicas que cuestionan
precisamente su eficacia y legitimidad.
Las compañías multinacionales concentran el capital financiero
internacional y los sistemas políticos pierden autonomía adecuando la
legislación a los dictámenes de éstas.
Pero muy al contrario cada vez hay más personas que saben que las
instituciones tienen que ir haciéndose democráticas, colectivizándose y gestionándose
hacia el bien común y no ser suplidas directa o indirectamente por los
departamentos o las fundaciones de las grandes corporaciones económicas que
parecieran querer gestionar desde nuestro nacimiento hasta nuestra muerte, gestionando
también nuestra capacitación, actividad laboral, unión de hecho, ocio,
información, seguridad social y jubilación … parece que ya lo tienen todo
pensado para nosotros ¡No hay que preocuparse de nada!
Está claro que se ha instalado en la cúspide de la escala de
valores el mito del dinero y a él, crecientemente, se subordina todo. Todo tema
que se relacione con el sentido y significado de la vida no coincide con la
escala de valores establecida en el sistema.
No son solo estos acontecimientos los que se mueven y parecen
avanzar, también hay cada vez más y cada vez en más lugares el establecimiento
de nuevas prioridades y nuevos proyectos de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.