Hace cinco años que salió a la luz la publicación Crisis,
donde Enric Durán hacía la siguiente declaración
«He “robado” 492.000 euros a
quienes más nos roban para denunciarlos y construir alternativas de sociedad».
Esta publicación incorporaba críticas contundentes al sistema bancario. Por esta “expropiación” a principios de este año iba a
celebrarse un juicio penal en el que podían sentenciarle a 8 años de prisión.
Enric
tomó la decisión de no presentarse en el juicio farsa que le tenían montado ejerciendo
desobediencia civil y exigiendo el respeto a los derechos fundamentales.
Afirma que se han vulnerado el derecho a la información
del proceso, el derecho a elegir testigos, el derecho a elegir libremente
abogado y el derecho a tener un abogado defensor.
Más de 210 días después de aceptar la dimisión de mi
anterior abogado, los jueces todavía no han permitido que sea nombrado otro.
Más de 210 días sin abogado de los cuales más de 180 con orden de detención
directa.
Desde su situación de clandestinidad Enric nos hace
llegar sus reflexiones en un comunicado:
"No debería extrañarnos que pasen estas cosas cuando datos
contrastados nos avisan de la falta de separación de poderes dentro de ese
Estado"
"Con la colaboración de un grupo de trabajo, formado por
personas estudiosas y profesionales de la justicia restaurativa, estamos
preparando un proyecto. Será desde el respeto a mi dignidad como persona que
participaré en un proceso judicial, y no de otra manera."
En este comunicado pone ejemplos significativos de como los desequilibrios que han existido históricamente entre el poder de los de arriba y la libertad del pueblo se reducen:
"Tecnologías como la encriptación, la explosión de las
monedas digitales descentralizadas, la tecnología de fabricación 3D son puntas
de lanza de toda una serie de tecnologías revolucionarias, que apenas empiezan,
para multiplicar la libertad de los individuos y de las redes autoorganizadas
al margen del poder. En el futuro, sólo a través del convencimiento, la
educación y el trabajo sincero para el bien común se podrán juntar recursos
para usarlos para el interés general.