sábado, 28 de septiembre de 2013

Estrategias desde la clandestinidad



Hace cinco años que salió a la luz la publicación Crisis, donde Enric Durán hacía la siguiente declaración

«He “robado” 492.000 euros a quienes más nos roban para denunciarlos y construir alternativas de sociedad».

Esta publicación incorporaba críticas contundentes al sistema bancario. Por esta “expropiación” a principios de este año iba a celebrarse un juicio penal en el que podían sentenciarle a 8 años de prisión.

Enric tomó la decisión de no presentarse en el juicio farsa que le tenían montado ejerciendo desobediencia civil y exigiendo el respeto a los derechos fundamentales.
Afirma que se han vulnerado el derecho a la información del proceso, el derecho a elegir testigos, el derecho a elegir libremente abogado y el derecho a tener un abogado defensor.
Más de 210 días después de aceptar la dimisión de mi anterior abogado, los jueces todavía no han permitido que sea nombrado otro. Más de 210 días sin abogado de los cuales más de 180 con orden de detención directa.

Desde su situación de clandestinidad Enric nos hace llegar sus reflexiones en un comunicado:
"No debería extrañarnos que pasen estas cosas cuando datos contrastados nos avisan de la falta de separación de poderes dentro de ese Estado"

"Con la colaboración de un grupo de trabajo, formado por personas estudiosas y profesionales de la justicia restaurativa, estamos preparando un proyecto. Será desde el respeto a mi dignidad como persona que participaré en un proceso judicial, y no de otra manera."

En este comunicado pone ejemplos significativos de como los desequilibrios que han existido históricamente entre el poder de los de arriba y la libertad del pueblo se reducen:

"Tecnologías como la encriptación, la explosión de las monedas digitales descentralizadas, la tecnología de fabricación 3D son puntas de lanza de toda una serie de tecnologías revolucionarias, que apenas empiezan, para multiplicar la libertad de los individuos y de las redes autoorganizadas al margen del poder. En el futuro, sólo a través del convencimiento, la educación y el trabajo sincero para el bien común se podrán juntar recursos para usarlos para el interés general.